En el bar
El grupo de futboleros desayuna un platazo de calorías, como cada domingo, haciendo inútil todo el ejercicio que han hecho durante el partido. "La tristeza te ha comido el coco, pero si lees la Biblia el Señor luchará para liberarte de sus garras" –dice a su amiga una mujer evangelista con el coco comido.
En la calle
Qué bonito el perro y qué ijueputa el dueño que no recoge sus mierdas. ¡Señora, no me mire con pena! Solo estoy paralítico. Es joven, ojeroso y con una mandíbula que se mueve más que el culo de JLo. No hay duda que va de coca hasta las orejas. Son las 11.11h, corre, pide un deseo. Alguien se ha hartado de barrer y ha colgado la escoba en la farola. Si me cortas el paso con el coche porque haces una infracción, sé valiente y no apartes la mirada. Un adicto a la imprudencia como yo sabrá aceptar una disculpa. O sales a correr o sacas el chihuahua a pasear. No seas gañán.
En el autobús
Hay conductores que se merecen una maldición en forma de picor insoportable que les obligue a rascarse los cojones cada cinco minutos hasta el día de su muerte.
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